viernes, 10 de octubre de 2014

Soy ama de casa... con orgullo!!!

Soy una mujer que hace muchos años tomó la decisión de quedarse en casa a cuidar niños. No me arrepiento. No voy a mentir diciéndoles que nunca me pasó por la cabeza trabajar. Más cuándo me preguntaban a qué me dedicaba y cada que decía "a mi hogar", veía el levantadero de cejas y las muecas de desdén de quien escuchara: hombres o mujeres.
Porque si bien es cierto que en nuestra sociedad la mayor parte de las mujeres se dedican a cuidar a sus hijos, a ser amas de casa. Al igual que nuestras madres. Que orgullosas lo decían  lo hacían sin preocuparse porque la vecina que salía a las 8 corriendo de casa a dejar hijos y luego a la oficina a trabajar y no se le veía hasta que se ponía el sol y que miraba con compasión a las "esclavas" que se quedaban en casa cuidando hijos, lavando y planchando sin otra aspiración en la vida...
Hoy en día prefieren no decir nada, o decirlo entre dientes esperando que nadie escuche y nadie entienda como murmura "ama de casa". Como si fuera un delito o algo vergonzoso.. es más fácil decir que una mujer practica de deporte el pole dance que decir que se dedica una al hogar!!
Para mi, ha sido una satisfacción el ser una simple ama de casa, que se queda en casa cuidando mocosos, haciéndola de taxi, modista, nutrióloga, enfermera, coach, sicóloga, estilista, consejera, amiga, carcelera, policía, alcahueta y demás!!
Saber que lo que son hasta este día en parte es por mi. Por los corajes (que no han sido tantos) desveladas, consejos, risas, llantos, regaños, castigos, por mi tiempo dedicado a ellos en lugar de ir a ponerme uñas, extensiones, pintarme el pelo o arreglarlo... por pasar tiempo en fiestas infantiles, museos, festivales, clases especiales. Por tomarme el tiempo de conversar con sus amigos, de saber quiénes y cómo son. Por recibirles en casa y se sintieran en confianza.
No lamento andar con ellos por todos lados. Cargando pañalera, carriola, andadera, y media casa con tal de que estuvieran contentos... y conmigo. No lamento haber dejado de salir por las noches para estar en casa con ellos.
En realidad, no lamento haberme dedicado hasta hoy a mi familia. porque fui yo la que decidió casarse y tener hijos. Son míos y son mi responsabilidad y mi deseo.
Y cada que los veo, independientes, serviciales, acomedidos, responsables. Preocupones de su padre y de mi; sensibles a los problemas, solidarios con las soluciones. Comprometidos con sus metas y sus cosas. Unidos y cómplices entre ellos. Me llenan de orgullo y de tranquilidad de saber y de ver que van por buen camino.
No me molesta en lo absoluto haber escogido la lavadora a la compu, el horario del colegio al del reloj checador; las juntas de grupo por las de personal. No me hace sentir menos mujer el estar en casa por las mañanas, en lugar de en una oficina. No me hace menos mujer saber cómo desmanchar los calcetines o cómo preparar una sopa. No me hace menos mujer, ni menos independiente estar al pendiente de mis hijos y marido.
No soy una mujer económicamente activa, pero estoy educando a tres personas que lo llegarán a ser y de manera cabal y honrada. Estoy ayudando a que mi marido lo siga siendo sin tener que salir de la oficina a media tarde porque la niñera descuidó a uno de los hijos. Lo estoy ayudando a no tener que llevarlos a la oficina porque están enfermos o no tienen clase y la mamá no puede cuidarlos por el trabajo...
No por eso culpo o menosprecio a la mujer que trabaja. Cada una toma sus decisiones y las afronta de la mejor manera que puede. Yo tomé las mías. Buenas o malas. De  ejemplo o de no tomar en cuenta por las demás. Lo hecho. hecho está. Y les aseguro que si regresaran el tiempo, tomaría el mismo camino de hace 20 años: mi familia.
Para mi estar en casa ha sido un lujo que no muchas parejas pueden tener, Lamentablemente la economía no permite a muchas mujeres quedarse en casa y deben trabajar para ayudar a pagar cuentas.
Yo soy de las suertudas de poder estar con mis hijos y acompañarles hasta este día en su vida. No me puedo llamar una mujer mantenida, porque el trabajo que hice en casa fue arduo, pesado, difícil y de gran responsabilidad. Y lo afronté día a día; a veces si saber qué hacer ni cómo; a veces con el corazón en la mano; a veces con mano firme; a veces con la carcajada a flor de piel. Pero eso sí, todo el tiempo con el amor que me merece mi trío, mi marido. Con la convicción de que era lo mejor para cada uno de ellos.
A qué me dedico? a mi Hogar!! y lo digo sin pena y sin murmurar esperando no lo entiendan o no lo escuchen. lo digo con el orgullo de saber que soy un lujo para mis hijos su tranquilidad, su refugio. Lo digo porque sé que soy el bastión de mi marido. La roca, el refugio.
Soy una mujer que tomó una decisión hace 20 años... y ha sido la mejor de mi vida!!!